Crecí como crecen muchos niños, obligado a creer en una religión. Quiero enfatizar la palabra “obligado”; es decir, no conozco casos de niños que hayan creído en una religión por convicción propia, sin obligaciones. Es verdad que la labor de los padres es orientar al niño, hasta ahí de acuerdo, pero el problema con la religión es que se adoctrina en base a amenazas. Es decir, todo está dicho, escrito y planificado, y si dudas o cuestionas los veredictos de la religión eres un hereje o un pecador (o cosas peores). Entonces, cada vez que un niño hace una pregunta (válida) que pone en duda la religión que le fue…