Atrévete a vivir incómodo porque la comodidad te está alejando de tus sueños.
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¿De dónde nacen las excusas y los “no puedo”?
De niño mi, papá me llevaba a casas de gente rica a trabajar. Él les hacía trabajos de electricidad como instalar luces y yo le alcanzaba un alicate o un cable y ese era todo mi trabajo. Y aunque detestaba ir a trabajar, me maravillaba ver esas casas limpias, con camas enormes, piscina, jardines y duchas de las que salía agua caliente. ¡Agua caliente! Era como ver un genio saliendo de la lámpara. Para un niño que crece en la pobreza, ver esas casas me hizo soñar despierto: algún día viviría como estas personas, en una casa hermosa de la que no querré salir. Y hasta hoy, a mis 43…