Los padres solemos creer que tenemos siempre la razón. Muchas veces estamos completamente equivocados pero decimos cosas como “es mi hijo y sé lo que hago” o “es mi casa y sé lo que hago”, pero no sabemos. Entonces, ¿de dónde viene esa terquedad que puede provocar daño y familias disfuncionales?
Generalmente es una ceguera provocada porque no tenemos a quien rendirle cuentas (como un jefe, un padre o un socio) por lo que es muy fácil caer en el sesgo del yo sé lo que hago
.
En la antigua Roma, los generales victoriosos tenían un sirviente que se encargaba de repetirles a al oído “memento morí” (recuerda que eres mortal) para que la soberbia no los nuble y no se vayan a creer invencibles. Pero, como padres, no tenemos quien nos repita: memento mori.
Y tampoco como emprendedores. Dice Michael Gerber en su clásico libro El mito del emprendedor, que la mayoría de negocios fracasan NO porque los emprendedores no sepan de marketing, finanzas u operaciones (ya que son cosas fáciles de aprender), sino porque gastan su tiempo y energía defendiendo lo que creen que saben. ¿Te suena?
A mí me dolió cuando lo leí, cuantas veces discutí con socios y empleados (igual que el padre con sus hijos) por culpa del sesgo del yo sé lo que hago
. En lugar de escuchar otro punto de vista y abrir mi mente a ideas nuevas que me ayuden a crecer.
Al menos ya aprendí de mi error y cada día intento escuchar más de lo que hablo (fallo a menudo pero sigo intentando). Y este video es para invitarte a intentarlo también. Mientras más cerrados estemos y no dejemos entrar ideas nuevas a nuestra cabeza vamos a vivir solos y amargados. Y no quieres eso.
Así que empieza a escuchar, más de lo que hablas.
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