Decía Niels Bohr, ganador del Premio Nobel de Física, que un experto es una persona que ha cometido todos los errores posibles en un área muy específica. Yo no he cometido todos los errores posibles como emprendedor, así que aún no soy experto. Pero sí he cometido varios que me enseñaron a la mala como no emprender, por eso quiero compartir contigo qué haría diferente si volviera a emprender.
1. Me enfocaría
Creo que no existe emprendedor que no haya pecado de querer hacer de todo. Empiezas vendiendo hamburguesas y piensas que para vender más debes agregar más platos a tu carta. Y pasas de ser el que prepara las hamburguesas más sabrosas al que prepara 20 platos más o menos bien. Y a veces ni eso.
Enfócate en lo que eres mejor y en qué tipo de personas estarían dispuestas a pagar por ello y destaca en ese nicho. Querer ser de todo y para todos, te vuelve invisible.
2. Aprendería a contratar
Cuando comienzas eres el dueño del circo, el que cobra las entradas, el payaso, el domador de leones y también el león. Es muy duro, pero llega el momento en que haces tu primera contratación y crees que tu nuevo empleado te quitará el trabajo de encima y tendrás tiempo libre. Pero entre enseñarle lo que debe hacer, corregirle cuando se equivoca y renegar de lo que hace mal, sientes que estás peor que antes.
Te tengo una mala noticia: no es culpa del empleado. Es tuya por no saber contratar.
3. Sería más humilde
Por años había leído varios libros sobre negocios así que era arrogante, creía saberlo todo y pensaba que siempre tenía la razón.
Sorpresa: puedes leer 500 biografías de Steve Jobs y aún así no inventarás el iPhone. Porque una cosa es la teoría y otra aplicar esa teoría y darte cuenta que en la realidad no es como en el papel.
Cuando le bajé a la soberbia y empecé a cerrar el hocico, releí todos mis libros (y descubrí que había olvidado más del 90%), empecé a escuchar más y a aprender más y me volví no solo mejor empresario, sino mejor líder para mi equipo.
4. Haría muchas conexiones
Aprendí esto muy tarde, cuando mucha gente llena de odio y envidia hizo una campaña de desprestigio para arruinarme. Parecía que todos los competidores y personas de la industria se habían puesto de acuerdo. Y me di cuenta que no tenía a nadie de mi lado para apoyarme. Fue muy duro.
Entonces empecé a construir una red sólida de contactos: abogados que pongan en su sitio a los difamadores, otros empresarios con los cuales aliarme, expertos de la industria para hacer proyectos juntos.
Un amigo mío, que fue uno de mis mentores, me contaba que las ventas y tratos más costosos (él me hablaba de millones) se cierran en almuerzos, cenas o salidas donde el cliente te ve como un amigo.
Porque los negocios giran alrededor de tratar con personas: tus proveedores, tu equipo, tus clientes, tus socios, tus aliados estratégicos. Mientras más desarrolles tus habilidades sociales y más conectes tu emprendimiento será más solido y crecerá mejor.
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Cuéntame cuántos de estos errores has cometido y si quieres una tercera parte.
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