Crecimiento personal

¿Cómo crear disciplina con pasos sencillos y sin dolor?

¿Por qué muchas personas no cumplen sus metas? ¿Porque comienzan un curso de inglés o de programación y lo abandonan al poco tiempo? ¿Por qué se vuelven a plantear las mismas metas cada año y las siguen postergando?

¿Qué diferencia a los que aprenden a programar de quienes se rinden en el camino? ¿De los que bajan de peso frente a los que abandonan el gimnasio? ¿Cuál es el ese ingrediente secreto?

La sabiduría popular nos dice que es la disciplina. Porque una persona disciplinada no abandona y sigue hasta el final.

No es tan sencillo.

Es cierto que la disciplina es el ingrediente para no abandonar. Pero la disciplina no es como el color de piel o la estatura, no está en nosotros de forma natural. Es una habilidad que se aprende y se desarrolla.

El cerebro humano busca la comodidad y se aleja del dolor. Por eso cuando el gimnasio empieza a doler y te subes a la balanza y ves que pesas lo mismo, piensas en dejarlo. O cuando estudias programación y te quedas atorado en un problema, piensas en abandonar.

Entonces entras en un conflicto y dentro de tu cabeza escuchas: ¿lo dejo?, ¿continúo?, ¿me levanto de la cama o me quedo cinco minutos (o una hora) más?

Ese conflicto lo gana casi siempre la opción más cómoda. Pero a costa de dejarte una sensación de fracaso en tu conciencia. Y ese conflicto y ese arrepentimiento juntos te desgastan, te estresan, se llevan tus energías y te dejan casi sin nada en el tanque para el resto del día.

Y esa energía que perdiste en pelear contigo mismo la pudiste usar para convertirte en una persona nueva.

Pero hay otra forma y es tan sencilla como cambiar tu meta. En vez de obsesionarte con el destino al que quieres llegar, obsesiónate con el viaje y disfrútalo.

A partir de ahora tu meta no será bajar de peso, será ir al gimnasio 3 veces por semana. Tu meta no será aprender inglés, sino leer un artículo en inglés en voz alta una vez al día y anotar las palabras nuevas en un cuaderno. Tu meta no será aprender a programar, sino escribir código 20 minutos al día. Tu meta no será terminar un libro, sino leer 5 minutos todos los días antes de dormir. Tu meta no será ser un influencer, sino publicar un video a la semana en YouTube.

Tu meta ahora es el camino, no el destino. Y cada trozo del camino es tan pequeño y tan fácil de cumplir que se acabarán las luchas internas en tu cabeza. Ahora, tu nuevo objetivo es no romper la cadena.

Si te subes a la balanza y no ha cambiado tu peso, no te preocupes. Porque tu meta es ir al gimnasio 3 veces por semana, no bajar de peso. Y si no rompes la cadena un día te verás al espejo y te encontrarás con alguien completamente nuevo.

Pero vas a romper la cadena. Todos la rompen. Todos dan dos pasos hacia adelante y tres hacia atrás. ¡Pero eso es parte del viaje y tu meta es disfrutar ese viaje! Así que no te castigues el día en que rompas la cadena. Solo retoma al día siguiente. Porque si te castigas vas a volver a tu conflicto interno y a desgastarte en arrepentimientos.

Tú solo disfruta el viaje. Y cuando alguien te diga: Yo quisiera ser tan disciplinado como tú, y obtener los mismos resultados que tú. Sonríe y explícale que la disciplina llega sola, en tanto te enfoques en disfrutar el viaje.

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