¿Sabías que le debes tu vida a una lista? Deja que te cuento.
En 1935, se presentó en el aeropuerto de Ohio, frente a varios periodistas, el avión Boeing XB-17, un imponente bombardero cuatrimotor, considerado el avión más sofisticado de su tiempo. Hacía honor a su nombre: “Fortaleza voladora”.
Al poco tiempo de iniciar el vuelo de demostración, el piloto hizo una maniobra que consistía en inclinar una de las alas hacia arriba. Cuando intentó enderezar el avión le fue imposible, los controles no respondían y luego de unos minutos aterradores el avión se estrelló matando al piloto y copiloto.
Cuando se hicieron las investigaciones, se descubrió que no hubo ningún problema con el avión y que el accidente ocurrió porque el piloto olvidó desbloquear las partes móviles de las alas y la cola, por lo que no pudo maniobrar desde el aire.
A partir de entonces, se crearon las listas de verificación, con las que el piloto y la tripulación pueden revisar cada aspecto del avión (cabina, controles, combustible, sistemas de comunicación, etc.) Son simples listas, pero evitan que se deje una tarea tan importante a la memoria y ocurra un accidente.
En 2007, la Organización Mundial de la Salud incluyó una lista de verificación con el nombre “la cirugía salva vidas”. De manera similar a la aviación, esta lista evitaba que el equipo médico olvide algún detalle crucial de sus pacientes. Y ojo, los médicos, enfermeras y asistentes, saben muy bien lo que tienen que hacer, pero las listas no se tratan de eso, sino de asegurarse al 100% no se olvide algo importante por la prisa del momento.
Esto claramente reduce el estrés porque libera la mente del equipo.
Recuerda lo que dijo Einstein: No guardes en la cabeza, aquello que puedes guardar en el bolsillo.
Estas listas ayudaron a salvar millones de vidas. Ahora imagina lo que pueden hacer por ti o por tu negocio.
En mi empresa, EDteam, usamos listas de verificación para los lanzamientos de cursos y para las evaluaciones a profesores, para los contenidos que lanzamos a las redes sociales, para el pago a personal, incluso para las reuniones de venta a empresas (imagínate la vergüenza de no tener un documento importante y ponerte a buscarlo frente a tu cliente).
Yo tengo listas de mis rutinas diarias. Por ejemplo en las mañanas: ducharme y vestirme, revisar mis finanzas, escribir un artículo para mi blog, grabar ese artículo en video, desayunar y relajarme media hora con mi esposa viendo la TV antes de iniciar mi trabajo en la empresa. Y para grabar esos videos tengo otras listas: montar la cámara en el trípode, verificar los parámetros de la cámara, la iluminación, el micrófono, etc.
La gente cree que las listas son demasiado obvias porque se tratan solo de enumerar cosas que ellos ya saben, y por eso no las usan. No caigas en esa trampa. Las listas pueden disparar tu productividad a niveles increíbles porque liberan tu mente para ser más creativa en lugar de estar recordando cada minúsculo detalle.
Y cuando necesites ayuda, esas listas sirven para transferir el conocimiento a otra persona, ya sea un amigo, familiar o un empleado. Yo incluso, tengo una lista paso a paso para usar mi impresora.
En una empresa se pierde mucho tiempo corrigiendo micro incendios, o errores pequeños que acumulados suman muchas horas de cada semana (si eres emprendedor lo sabes). Haz listas. Y que tu equipo revise esas listas para verificar que no olvidan nada. Vas a tener tantas horas más a la semana que parecerá magia.
Ahora te toca a ti. ¿Qué actividades repetitivas tienes en tu día a día o en tu semana que podrías resumir en una lista y liberarte de ese estrés?
Recuerda que directa o indirectamente, le debes tu vida a una lista.
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